El 7 de abril, el periódico británico “Daily Mail” informó que la empresa de investigación sin fines de lucro World Population Review analizó el número promedio de parejas sexuales en 46 países / regiones de todo el mundo y publicó la lista de los países más promiscuos del mundo.
Según el informe, el país más promiscuo del mundo es Grecia, con un promedio de 164 parejas sexuales por persona. Le siguen Brasil con 145 parejas, Rusia con 143 parejas y Polonia con 130 parejas. En el otro extremo de la lista se encuentran países como Japón, con un promedio de solo 2 parejas sexuales por persona, seguido de Corea del Sur con 4 parejas y China con 5 parejas.
Este estudio ha generado un gran debate sobre la promiscuidad en diferentes culturas y cómo se ve afectada por factores como la religión, la educación y la economía. Algunos argumentan que la promiscuidad es una elección personal y que no debería ser juzgada, mientras que otros creen que puede tener consecuencias negativas para la salud y las relaciones.
Sin embargo, más allá de los números y las estadísticas, lo importante es promover una cultura de respeto y responsabilidad en nuestras relaciones sexuales. Independientemente de cuántas parejas tengamos, es esencial que seamos conscientes de nuestro bienestar físico y emocional, así como del de nuestros compañeros.
Además, es importante recordar que la promiscuidad no es exclusiva de un género u orientación sexual. Todos tenemos el derecho de decidir con quién y cómo queremos tener relaciones sexuales, siempre y cuando sea de manera consensuada y respetuosa.
En lugar de juzgar a los países más promiscuos, deberíamos enfocarnos en educar a las personas sobre la importancia del consentimiento, la prevención de enfermedades de transmisión sexual y la importancia de tener relaciones sexuales seguras y responsables.
En resumen, el informe de World Population Review nos da una idea de las diferentes actitudes hacia la promiscuidad en todo el mundo, pero no debería ser una razón para estigmatizar o juzgar a ciertos países o culturas. En cambio, deberíamos trabajar juntos para promover una cultura de respeto y responsabilidad en nuestras relaciones sexuales, independientemente de cuántas parejas tengamos.