El papa católico romano, Francisco, falleció el 21 de enero a la edad de 88 años. Y unos días antes de su muerte, durante la tradicional ceremonia de las siete palabras en la iglesia de San Juan de Dios en Colombia, los fieles presentes notaron una figura de la Virgen María tallada en madera que parecía estar llorando lágrimas de sangre.
Esta conmovedora imagen ha despertado una gran devoción y asombro entre los creyentes, quienes ven en ella un milagro divino. Según los testigos, la figura de la Virgen, que se encuentra en el altar de la iglesia, comenzó a llorar durante la tercera palabra de la ceremonia, que habla de la crucifixión de Jesús.
La noticia se ha difundido rápidamente por todo el país y miles de personas han acudido a la iglesia para ver por sí mismos este supuesto milagro. Muchos han dejado flores y velas en el altar, mientras que otros han orado y cantado himnos en agradecimiento a la Virgen por su presencia milagrosa.
El papa Francisco, conocido por su humildad y su amor por los más necesitados, ha sido una figura muy querida por los católicos en todo el mundo. Su muerte ha sido un duro golpe para la comunidad religiosa, pero su legado y sus enseñanzas perdurarán por generaciones.
Durante su papado, el papa Francisco abogó por la paz y la reconciliación en un mundo lleno de conflictos y violencia. Su mensaje de amor y compasión hacia los más vulnerables ha sido una fuente de inspiración para millones de personas en todo el mundo. Y su partida ha sido un recordatorio de la importancia de seguir su ejemplo y trabajar por un mundo más justo y compasivo.
Mientras la figura de la Virgen María continúa llorando lágrimas de sangre, los fieles se aferran a la fe y la esperanza de que este sea un mensaje divino de amor y misericordia. Y aunque el papa Francisco ya no esté físicamente con nosotros, su espíritu sigue vivo en cada uno de nosotros, guiándonos y recordándonos que, como él dijo, “la verdadera fuerza está en la humildad y el servicio a los demás”.
En estos momentos de tristeza y conmoción, recordamos al papa Francisco con gratitud y admiración por su vida y su legado. Y nos unimos en oración para que su alma descanse en paz y su ejemplo continúe iluminando nuestros corazones y nuestras acciones.
Que la imagen de la Virgen María llorando lágrimas de sangre nos recuerde siempre la importancia de la fe, la esperanza y el amor en nuestras vidas. Y que la partida del papa Francisco nos impulse a seguir trabajando por un mundo más justo, pacífico y compasivo para todos.